Desaparecer del mundo un momento para habitar tu corazón. He estado ahí, luchando con el concepto de fracaso que sostiene la palabra RENUNCIAR (que fuerte sonido).
Me resisto a ser una persona que no persevera, que se deja vencer, pero a veces la carga pesa mucho y es mejor detenerse un momento.
Mi papá desde pequeña me repetía este dicho “para atrás solo para agarrar vuelo” creo que lo mal interpreté por muchos años... porque en ese paso para retroceder tantito puedes observar un panorama más amplio de tu vida, respirar, sentir y tomar nuevos rumbos.
En el 2020 cuando el mundo se detuvo, yo resistí y sostuve emociones, rutinas, trabajo, dinero, lágrimas y reproches. Todos eso lo aguanté; no paré, me negué a entrar en el diálogo negativo colectivo.
Me senté en mi silla de control y me aferré a ella, ni siquiera me enfermé. Es más... ese año además de trabajar intensamente en mi empresa con los clientes que ya tenía, pero con menos recomenzada económica, fundé @ellasenlazaycrece , inicié mi primer club de lectura.
Construir me dio una ilusión temporal de resistencia, pero en el 2021 me rompí, todos esto se estaba sosteniéndoselos de una ramita frágil, deshidratada y con poca raíz.
Todo me parecía sin sentido alguno, quería encerrarme en una cueva; donde no hubiera sonido de whatssappp. Creo que simbólicamente si lo hice en mi corazón, me aislé.
Te quiero seguir contactado más en otra carta, pero si me tomaré el atrevimiento de darte en spoiler, con el tiempo todo mejoró y florecí de nuevo. Quiero que sepas que a veces las personas felices por fuera tienen tormentas internas, y que aunque no es bonito, está bien. Y que esta bien reiniciar tu vida.